Pribiloff 1898 y otras historias septentrionales



"Estoy muy enfadada contigo, Aioranguaq: Más te hubiese valido quedarte en tu tienda envolviendo tu fisga con tripas de narval, porque los espíritus de los narvales son tolerantes con los hombres tontos. Me podría vengar de muchas maneras..."

Ponent Mon presenta un fascinante tomo recopilatorio con varias historias inéditas en castellano de Sergio Toppi, uno de los autores más importantes de la historia del cómic italiano y europeo, pionero en diferentes técnicas de dibujo que revolucionó el arte plástico de la historieta entre los años 70 y 80.

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Publicación española: 'Pribiloff 1898 y otras historias septentrionales', publicado en noviembre de 2016 por Ponent Mon
Publicación original: Recopilación de historias cortas del autor en revistas como Alter Alter, Corto Maltese, Glamour International Magazine, Edizioni Il Megalito di Tosi y Éditions Mosquito
Año: 1979-2011
Guión: Sergio Toppi
Dibujo: Sergio Toppi
Portada: Sergio Toppi
Género: Fantástico
Formato: Cartoné,  21'6 x 28'6 cm
Páginas: 152 páginas, Blanco y negro
ISBN: 978-1-910856-71-0
Precio: 25,00 euros



Debo confesar que la primera vez que leí un cómic de Sergio Toppi desconocía totalmente su largo legado en el mundo del cómic. Pero el dibujo de la portada me llamó muchísimo la atención y me dispuse a leer su obra sin saber exactamente lo que me iba a encontrar dentro, pero pasadas varias páginas ocurrió algo maravilloso: acababa de descubrir a un artista totalmente diferente, pionero en su forma de ver el mundo del cómic y un dibujante que poseía un talento apabullante.


¿Quién era Sergio Toppi?

Sergio Toppi, nacido en 1932 en Milán (Italia) y fallecido en agosto de 2012 (cuando contaba con 79 años de edad), fue uno de los autores de cómic italiano más influyentes de la historia del medio. En su juventud, antes haber decidido ser guionista y dibujante de cómics, comenzó los estudios de medicina en la universidad. Pero pronto se arrepintió y decidió dejar la carrera en pro de otras aspiraciones vitales, comenzando a ilustrar cuentos literarios y dibujos animados para, finalmente en 1957, empezar a desarrollar sus primeros trabajos como autor de cómics en diferentes revistas de tirada nacional como "Topolino", "Candido" y "La Nuova Scala d'Oro" (en paralelo con el trabajo en dibujos animados). Su estilo fue año tras año perfilándose a medida que iba haciéndose un hueco más grande en el competitivo mundo del cómic italiano y a mediados de los años 70 su estilo dio un vuelco, dio rienda suelta a su arte y comenzó a innovar como nunca había hecho.

Entre 1974 y 1976 exploró numerosas vías nuevas de arte gráfico y consolidó su estilo, que podemos observar en el volumen que ahora publica Ponent Mon, en el que nos encontramos con historias cortas escritas en revistas como Alter Alter Corto Maltese desde 1979 hasta 2011, un auténtico repaso a la trayectoria más prodigiosa de Toppi y su evolución durante el transcurso de las décadas (se notan diferencias en el dibujo entre la primera historia, Pribiloff (1979) y Transiberiana (publicada originalmente en 2011, un año antes de que falleciera)).

Y para concluir la presentación de Sergio Toppi, su gran legado artístico le hizo formar parte del fumetto d'autore, un grupo de historietistas que entre 1965 y 1980 revolucionaron el cómic italiano y lo revitalizaron para siempre, por ello su nombre estará ligado al de autores de la talla de Hugo Pratt (Corto Maltés), Dino Battaglia, Gianni de Luca o Guido Crepax, entre otros grandes.


Estilo propio, rompiendo las barreras de la viñeta tradicional

Lo primero que llama la atención en sus obras - y en lo que fue pionero - es en la colocación y uso de las viñetas. Rompió las normas preestablecidas: las figuras que dibujaba se salían de los márgenes de la viñeta ya que Toppi no entendía de límites en el arte. Por otra parte, sus dibujos mezclaban un uso espectacular de líneas y sombras infinitas con el aprovechamiento de los espacios en blanco para también formar imágenes. Todo ello; el sinfín de sombras, el uso de los blancos, las infinitas líneas y que los personajes saltaran y se impusieran a las viñetas, consiguió crear su estilo característico y una tendencia que se ha mantenido hasta la actualidad en otros tantos autores del panorama internacional.

Sus dibujos eran puro arte... maravillas de las que muchas veces escasean en el noveno arte, pero también eran muy interesantes los guiones que escribía. Prácticamente la totalidad de su obra fue escrita por él mismo y entre sus grandes aficiones estaban los cuentos populares y el toque fantástico. De hecho, la colección de historias cortas que reúne este tomo de Ponent Mon tienen en común dos cosas: En primer lugar, que se trata de obras basadas en países del Este y septentrionales. Y en segundo lugar, todas ellas tienen en común un punto fantástico: desde la historia del gnomo y la rana mágica (Setas), hasta la del dueño de la muñeca parlanchina (Puppenherstellerstrasse 89), todas las historias contenidas en este volumen tienen un halo de misterio mágico, cierto tono de terror (sin llegar a dar miedo) y una predilección hacia la fábula animalista; Por ejemplo, la primera historia cuenta con una diosa de las focas muy interesante, aunque hay más referencias o apariciones de animales, como caballos, sapos y otros más. De hecho en su bibliografía destaca la gran cantidad de animales y monstruos que dibujó.


"Bueno, el trabajo del sapo tiene aspectos positivos y otros que lo son menos, pero en realidad todos estamos atados a nuestro destino".


Edición

Ponent Mon ha decidido rendir tributo a este grandioso autor y acercar, por primera vez en castellano, algunas historias que tenía inéditas en este idioma. El hilo conductor entre ellas es que resultan de países y lugares alejados y septentrionales (de ahí el título), pero después de ello, sus procedencias son diversas. Son historias que habían sido publicadas en diferentes revistas italianas y en años muy diversos. Nos encontramos tanto con historias de 1979 y principios de los 80 como incluso una de 2011, justo un año antes de fallecer el autor. La introducción que presenta el tomo es magnífica, de José E. Martínez, y la calidad del papel, el cartoné y su traducción son perfectas. Y el tamaño del tomo es el que nos tiene acostumbrado la editorial, con 28'6 centímetros de alto y 21'6 de ancho... una barbaridad con la que disfrutaremos muchísimo más de los dibujos interiores.


En conclusión...

Una maravilla visual y narrativa, este cómic de autor es imprescindible para aquellos que buscan algo diferente en el cómic, un punto más artístico y onírico. Sergio Toppi te transporta a la fría estepa y a lugares recóditos del planeta, como el Polo Norte, mientras te sumerge en una trama con tono fantástico y totalmente impredecible.


Varias páginas de las historias del interior:



Apabullante a nivel visual e intrigante a más no poder, con historias duras, frías y oscuras y con un incesante tono místico donde las fábulas y los dioses se entremezclan al unísono. Sergio Toppi, con su imaginería prodigiosa y su talento artístico natural, creó obras de arte imperecederas que deben servir para calmar las ansias del lector que busca algo más que puro entretenimiento en el mundo de la historieta.


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